La audición en música es un aspecto muy importante a incluir en toda capacitación musical. La audición nos permite comprender mejor diversos aspectos de la música que luego fomentarán grandes creaciones y mejores ejecuciones sean vocales como instrumentales o corporales.
Ya Alfred A. Tomatis hablaba sobre la importancia del oído en la emisión de la voz y más… pero aunque muchas veces escuchamos, ¿será que realmente comprendemos ese mensaje que recibimos? ¿es lo mismo escuchar que oír?
Silvia Furnó, gran pedagoga, nos invita a considerar la audición no sólo como un proceso pasivo sino como una aventura activa en la que «para alcanzar una rica experiencia perceptiva no es suficiente la simple recepción musical». Este pensamiento resuena con la filosofía de Murray Schafer, invocando la importancia del mundo sonoro.
La audición en música implica comprender, analizar, distinguir, agrupar, clasificar, (entre otros procesos) diferentes aspectos musicales. Por ende, no es sólo escuchar. Podríamos pensar en un diálogo continuo entre el creador y el oyente, un diálogo que requiere habilidades de escucha activa, análisis y reflexión profunda. Por consecuencia, es aquí donde la educación musical juega un papel crucial, equipando a los estudiantes con las herramientas necesarias para navegar y apreciar este diálogo, que además potencia otros aprendizajes.
Conocer si cada uno de nuestros estudiantes puede hacer estos procesos mentales es una de nuestras tareas como educadores musicales que somos. Las fichas diagnósticas auditivas emergen como un recurso valioso en este contexto, ofreciendo a educadores y estudiantes una metodología para explorar en su comprensión auditiva. A través de ellas, podemos recopilar la información necesaria para poder marcar un punto de partida a la hora de realizar una planificación, como por ejemplo, el plan anual.
Cuéntame, ¿desarrollas la audición en tus clases?
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Abrazos