Los comienzos
El siguiente ensayo será un racconto de la incorporación del ruido a la música. Tal vez más de uno pensará que mucha de la música que escuchamos es ruido, pero aquí nos referiremos a la utilización de los mismos para la realización de composiciones musicales. ¿Será acaso esto posible? ¿Podrán integrarse el ruido y el sonido? ¿Cuál fue la reacción del público ante estas composiciones? Estas preguntas y otras serán la guía para este trabajo. Igualmente cabe aclarar que este proceso de inclusión no fue de un día para el otro. Podemos desarrollarlo describiendo al primer movimiento que experimenta al respecto: el ruidismo de la mano de Russolo, dentro del contexto del futurismo de Marinetti, para luego desembocar en la música concreta de Pierre Schaeffer y Pierre Henry en una segunda parte.
Antes de comenzar, debemos definir qué entendemos por ruido:
El ruido es un conjunto de fenómenos vibratorios aéreos que, percibidos por el sistema auditivo, en algunos casos pueden ocasionar molestias o lesiones de oído. Es un suceso acústico en que están presentes simultáneamente un gran número de frecuencias y sus pirámides de armónicos. En un sonido las ondas de distintas frecuencias se sobreponen ordenadamente siguiendo una estructura armónica, por esta razón es que el ruido es desagradable para el oído y una pieza musical puede resultar placentera.
Entonces, según su definición, sería imposible pensar en hacer música con ruidos. A pesar de lo expuesto anteriormente, el pintor futurista Luigi Russolo, incorporó ruidos a sus creaciones musicales. Siempre se habían usado sonidos de este tipo como efectos de fondo en el teatro, pero en la música constituían una novedad.
“No se podrá objetar que el ruido es únicamente fuerte y desagradable para el oído. Me parece inútil enumerar todos los ruidos tenues y delicados, que provocan sensaciones acústicas placenteras.” Russolo
Para entender a este artista debemos contextualizarlo dentro del movimiento al que pertenece. Luego detallaremos su relevancia.
El Futurismo es un movimiento literario y artístico que surge en Italia en el primer decenio del S. XX. Gira en torno a la figura de Marinetti, quien publica Manifiesto Futurista. Proclama el rechazo frontal al pasado y a la tradición, defendiendo un arte anticlasicista orientado al futuro, que responda en sus formas expresivas al espíritu dinámico de la técnica moderna y de la sociedad masificada de las grandes ciudades. La característica principal del futurismo es la plástica del dinamismo y del movimiento. El efecto de la dinámica se transmitía en vibrantes composiciones de color que debían producir un paralelismo multisensorial de espacio, tiempo y sonido.
Vinculado al futurismo literario y pictórico, Francesco Balilla Pratella (1880-1955), autor del Manifiesto dei musici futuristi y de Manifiesto técnico, impulsó su aspecto musical. Sus teorías se basaban en que la música es un universo sonoro de movilidad incesante y que se debía conceder mayor importancia a los ruidos de las fábricas, de los aeroplanos, de los trenes y de los transatlánticos. Según él, la obra musical había de estar dominada por la máquina y por la electricidad. Sus ideas eran destructoras y técnicamente muy confusas. En realidad exaltaba la revolución industrial, identificando la máquina como el progreso humano. Además defendía el uso de muchos recursos técnicos como la atonalidad, los microintervalos y las figuraciones rítmicas complejas.
El músico Russolo fue influenciado por la poesía experimental de Marinetti, quien escribió un poema de guerra en el que los ruidos de las diferentes armas aparecían descritos por medio de sílabas, de vocales y de consonantes. Obsesionado por los ruidos sintió que necesitaba realizar una investigación y clasificación de los ruidos. Es así como surgen tipos como:
Estrépitos, truenos, explosiones, etc.
Silbidos, siseos, resoplidos.
Cuchicheos, murmullos, susurros, gorjeos.
Gritos, chillidos, zumbidos, crujidos, sonidos producidos por fricción.
Sonidos producidos golpeando metales, madera, piedra, porcelana, etc.
Gritos de animales y humanos, rugidos, ladridos, risas, sollozos, suspiros, etc.
Su idea era reemplazar los timbres restringidos de la orquesta por los mil fragores de la vida moderna. En 1913 escribe Arte dei rumori, anticipando considerablemente a la música mecánica y más percusiva e incluso la música concreta de Pierre Schaeffer. En el mismo proclamaba que sus amigos y él disfrutaban mucho más combinando los ruidos de tranvías, automóviles, vías férreas, aeroplanos, fábricas, que escuchando las sinfonías de Beethoven.
Para producir microintervalos además de numerosos ruidos, Russolo construyó un rumor-armonio, un instrumento parecido al piano. También creó los intonarumori, instrumentos para producir ruidos.
El «Bruitismo» era una forma de música que se creaba mediante la utilización de esta máquina de hacer ruidos que Russolo patentó. La propuesta de ejecución mecánica colocaba al ser humano como elemento prescindible y tendía a borrar las marcas del sujeto creador. El ambiente se poblaba de estrépitos, estallidos, estruendos, gritos, alaridos, que Russolo imaginaba como deseables. Proclamó que el sonido puro es monótono, ya que no suscita emoción alguna, y que el maquinismo creó número inmenso de ruidos que consiguen transformarse en musicales, pues entre un sonido y un ruido, existe sólo diferencia de cantidad.
Si en general, el motor de las vanguardias había sido poner en crisis los automatismos del uso cotidiano del lenguaje, el futurismo italiano lo intentó creando nuevas formas de automatización que, por otro lado, sustituían las formas artesanales de comunicación. Su orquesta constaba de 29 instrumentos: 3 hululeadores, 3 regañadores, 3 crepitadores, 3 estridenteadores, 3 bordoneadores, 3 glugluteadores, 2 estalladores, un silbidor, 4 grazneadores y 4 frufruteadores. Utilizaban armas de fuego, sirenas y silbatos de vapor. En Risveglio di una cittá, vemos este ensamble de ruidos, como uno después del otro, casi como una muestra de las posibilidades del intonarumori.
Esta música era interpretada en vivo. Fueron limitados por lo rudimentario de los medios, que no podrían llegar a su mejor expresión hasta el pleno desarrollo de la cinta magnetofónica, principios de la segunda guerra mundial. Es muy escasa la música que se conserva de los futuristas, y ésta principalmente en discos de gramófono, debido a que la primera guerra mundial enterró su movimiento. Las composiciones de Pratella y Russolo no son de gran valor artístico. Consisten, la mayor parte de ellas, en sencillas ideas melódicas acompañadas por toda una gama de ruidos.
Quiero la otra parte! ¿Cuándo sale?