A partir del artículo anterior “Causas de Desafinación“, y de la primera parte de este artículo, mencionaremos qué respuestas y soluciones dan algunos métodos para corregirlas. Los problemas que se desarrollarán en esta segunda parte falta de técnica vocal, cambio de la voz en la adolescencia y alumnos desafinados dentro de un grupo de afinados.
Sobre la falta de técnica vocal, Janet Mills pone el énfasis en la respiración, aduciendo que puede ser guiada desde las primeras etapas del desarrollo “Respirar al final de las frases produce un flujo melódico que hace más fácil la afinación y, naturalmente, permite conservar el significado del texto” El método Ward propone realizar vocalizaciones. En una primera instancia el maestro o un niño canta haciendo un gesto expresivo o rítmico, luego los alumnos repiten pero el maestro no canta. El mismo grupo canta nuevamente sin gesto y el maestro dará su percepción sobre lo escuchado. Sobre los portamentos propone cantar las notas staccato con silencios en el medio de los sonidos y luego legato. Para la mala respiración este método discrepa con otros porque postula que la mejor manera es “acostumbrar a los niños a prever, a pensar por adelantado la frase musical que se les ha propuesto”pero que no conviene usar los ejercicios respiratorios porque provocan una contracción que se traduce en una rigidez de los músculos. El libro “Música Volumen Iii”propone ejercicios de relajación e higiene de la voz como rotación del tronco, parados con las piernas separadas sentir el eje, relajación de manos y muñecas, contraer y relajar los brazos, ascenso y descenso de hombros y girar la cabeza formando círculos sobre el eje. También abrir y cerrar la mandíbula manteniendo cada posición unos segundos, generar un bostezo, masajear el cuello y nariz. Para la higiene propone no cantar después de las comidas ni comer antes de cantar, dormir lo necesario y no tensionarse, no carraspear ni gritar, tomar mucha agua y respirar siempre por la nariz.
Resumiendo, M.E. Gonzáles propone que “Dedicando diez minutos por semana a los que desentonan es posible poner en práctica otro método de corrección” que consiste en:
Diferenciar altura de sonidos (muy graves muy agudos) | Diferenciar sonidos dentro de la octava (si es más agudo o más grave entre dos o tres sonidos) |
Entonar un sonido propuesto (empezando por la sirena hasta llegar al propuesto) | Entonación de una frase corta en línea descendente. |
En cambio Violeta Gainza propone:
El maestro dicta la melodía. Los alumnos representan por medio de movimientos de la mano en el aire o de un dibujo, la línea general de la misma. | El maestro enuncia oralmente las notas de una fórmula o esquema melódico. Los alumnos repiten entonando los sonidos correspondientes. | El maestro indica mediante fononimia, ciertas alturas de sonidos. Los alumnos cantan las notas correspondientes. |
Idem. Los alumnos deben ubicar solamente las notas, inicial y final de una frase, tomando como referencia los sonidos del acorde, que ha sido previamente entonado. | El maestro canta algunas notas con sus nombres respectivos. Los alumnos las repiten representando al mismo tiempo los diferentes sonidos mediante el sistema de fononimia que usan habitualmente. | Un alumno muestra determinadas alturas a sus compañeros- aquéllos cantan las notas al mismo tiempo que imitan la mímica. |
Idem. Los alumnos deben prestar atención para ubicar un determinado sonido o intervalo que aparece en el dictado. | El maestro entona unos pocos sonidos sin expresar su denominación. Los alumnos cantan las notas correspondientes. |
Ahora, ¿qué se debería hacer al cantar cuando tenemos alumnos desentonados y entonados en el mismo curso? Básicamente todos los métodos exponen que no deberían cantar pero si estar dentro del grupo para ir introduciendo aún más esas melodías en el oído.
Por último otro problema que produce desafinaciones, imposible de no nombrar, es el cambio de la voz en la adolescencia. Éste período dura de dos a diez meses y consiste en el desarrollo de la laringe, agrandándose, junto con el alargamiento de las cuerdas vocales. Provoca un descenso de una octava u octava y media en el registro del chico y dos o tres notas en la chica. Durante este período se combinan los registros (nuevo y viejo) pudiendo provocar un cambio en la afinación. “De cómo se maneje [la voz] durante este período dependerá que nuestros alumnos varones tengan excelentes voces timbradas de hombres y nuestras niñas, dulces voces femeninas, o los condenamos para siempre transformándolas en voces quebradas, desagradables al oído del que las escucha”. Por eso expone que no deben cantar canciones que se manejen mucho en lo grave o en lo agudo y si concurre a un coro, no cantar sino participar en calidad de oyente.